Hace mucho que me convertí en lo que soy ahora. Hace mucho que soy como una piedra. ¿Es un escudo o es que todo lo que había vivo dentro de mí ya murió?
No es solo es que a nadie le importe. Es que a mí no me importa. Nada tiene sentido y yo ya no tengo voluntad en lo que hago o digo. En realidad es como si ni siquiera estuviera aquí, como si mi mente se hubiera ido. Supongo que me gusta evadirme para no hundirme más en toda esta mierda. Lo hago con el objetivo de no romperme más de lo que ya estoy, o eso me digo. No sé de dónde viene todo esto y no sé cómo arreglarlo. Juro por Dios que lo he intentado, eso sí. Que he tratado de salir de todo esto, pero me ha sido prácticamente imposible. Lo siento por ser así, siento ser un fallo. Lo lamento por no saber hacer nada bien. Por no aportar nada bueno al mundo, por estar de esta manera. No hay suficientes palabras para expresar lo inútil y avergonzada que me siento de mi misma. Esto no es una fase, no es un farol, no te lo estoy contando para que me compadezcas. De verdad que me está costando y básicamente lo estoy haciendo sola. No solo porque no hay muchas personas que quieran acercarse a mí, sino también porque gracias a mi estupendo yo alejo a todo aquel que intenta ayudarme.
Así que aquí estamos. Otro día igual. Nada cambia, y probablemente mis días serán así hasta mi muerte.
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