comienza a asomarse. Las nubes se despejan y dejan al descubierto un inmenso y hermoso cielo de azul, que había sido ennegrecido a causa de unas sucias nubes que, tras su paso, descargaban agua de un tono marrón.
Las sonrisas que fueron borradas, volvieron a nacer más brillantes y con más fuerza que nunca.
Los ojos llorosos y apagados, llenos de angustia y temor, se fueron encendiendo a medida que el claro azul iba cubriendo el que había sido hasta ese momento un oscuro cielo.
Todo lo que había sido hasta ahora negro, comenzó a ser claro.
Y tan solo con pronunciar una diminuta frase.
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