Hoy no ha sido un buen día, la verdad. Cada día está más confusa sobre su estado y también sobre su cordura. De todas formas, todo está dejando de tener importancia.
Observa el resplandor de la luna sobre su piel, de color claro pero sin llegar a ser pálida. Es hora de comenzar con el dibujo.
Recoge el afilado pincel de su escritorio y traza irregulares líneas en su extraño lienzo. Descarga sobre él todo su dolor y de repente se siente cansada. Sin embargo una sensación de alivio recorre su cuerpo y hace que se sienta bien.
Continua con su labor, pero no puede evitar estremecerse al hacerlo. De todas formas Eri ya está casi acostumbrada y apenas siente escalofríos.
Contempla su obra casi tan oscura como ella y más abajo observa unas gotas que irrumpen en su moqueta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario